Pronto llega ese momento. La señora Silver querría que Alfi, su tortuga, creciera más deprisa. Y al señor Hopy se le ocurre un alocado plan. Le anota unas palabras mágicas que recitadas tres veces al día harán que la tortuga crezca. Pero en realidad, lo que planea es ir cambiándole la tortuga por una un poco más grande hasta que llegue al tamaño deseado.
Las tortugas están hechas con coladores de cocina y la señora Silver con un embudo y un limpiador de platos. La primera vez que conté la historia estaba muy nervioso, porque no estaba muy seguro de que funcionara todo el cambio de tortugas, la historia de amor... ¡Qué va! ¡Está genial!
Les encanta a los chavales esto de los señores enamorados, a los pequeños y aún más a los grandes. Y el cambio de tortugas, intentando pescarlas con el "cazatortugas", comparando cuál se pone a continuación, es una verdadera locura. Divertido, divertidísmo.
